estoy anclado en una colina
verdosa, amarilla, anaranjada
en la pradera donde crecen todos los regalos
que ofrendaré desde ayer
colapsa el sol en los paramos de tu cordillera
donde la neblina se torna espesa
y el oxigeno es escaso
donde habita el frio
y el calor es solo posible con el roce de tus pies
el horizonte
no es como en los andes
ni como en el Himalaya
ni se ven aureolas boreales en las noches
o si se pudiera, en el día
solo es el horizonte, mi horizonte
el unico donde el ocaso cae
y se lleva con èl
los pesares del pasado
y la memoria
de un individuo que tiene la habilidad
de apreciar tan subjetiva presentación
en cada uno de sus detalles
arriba la noche en aeropuertos
hechos al oleo
y de repente me siento en un pintura de Van Gogh o kandisnky
solo quiero cerrar los parpados
y quedarme acostado en la extensa explanada
de tus lunares mas remotos
de tus señas singulares
de tus signos mas confusos
de tus lagos y caudales
llévame a perderme en el pantano
y esconderme entre la espesa vegetación
sacudeme con un temblor
pon la lengua en las heridas
fractura mis extremidades
y has flaquear mi conciencia
que estos días en los que te tengo y no
deseo todos los juicios y regalos.
Colaboración de Nelson Fabricio Bodero
No hay comentarios:
Publicar un comentario